04/07/09

Recuerdo haber tardado en dormirme en menos de cinco segundos, y dormir durante nueve horas seguidas sin parar, como nuevo…

Al despertarnos, bajamos al desayuno del hotel con buffet libre, tras dar cuenta de ello, salimos del hotel hacia la otra parte de la playa, ya que queríamos ir en bote, hasta otra playa muy chula llamada Red Beach. Al llegar el barco al embarcadero, le pregunto a un gentil señor, si el barco en cuestión se dirigía a esa playa, diciéndome que si. Una vez subidos en el bote, pregunto de nuevo, esta vez a otro hombre, y éste me dice que no, que no se dirige a Red Beach porque hoy no hay barcos, que este barco va hacia la playa de Kamari, una playa más cercana… nos dijimos, ya que estamos…

Nada más llegar un refrescante baño en sus cristalinas aguas, y 20 minutos después compramos tubo y gafas de buceo. Recorrimos buceando gran parte de la playa, y aunque el sabor del agua fuese a gasoil, nos lo pasamos genial.

Una vez secos, elegimos restaurante para comer… otra pita! Al finalizar recorrimos el paseo con sus tiendas y encontramos un bus para Thyra, queríamos ir hasta Oia en el extremo norte de la isla. Cambio de bus en Thyra para el bus de Oia, y ya por la carretera que lleva hasta allí, presientes que vas a ver algo especial…

Y vaya que sí lo era! Un pueblo en un acantilado, lleno de casas blancas con techos azules y las mejores vistas que te puedas llegar a imaginar. El calor acuciaba y recorriendo el pueblo entero, nos animamos a tomar un café frio (Frappe Griego), nos sentamos en un bar pequeñín, 5€ por café.


Tras disfrutar de este maravilloso pueblo, hicimos el camino inverso en autobús hasta nuestra playa. Buceamos de nuevo y he encontrado una caracola que se viene de viaje conmigo. Tras secarnos, ducha y a cenar, esta vez Moussaka y Pasticcio (compartido) muy bueno la verdad, pero algo caro. Son ya la 1:00 y toca descansar, que mañana empieza lo duro de verdad.