13/07/09

Nos despedimos con pena del albergue y nos dirigimos enel tren citadino a la estación central de Hauptbahnhof (o algo así). Un consejo mientras esperas a que salgas tu tren es no tomar café alemán. Pero bueno, tras esto, nos relajamos ya que el viaje “tan solo” es de siete horas, retrasamos aún más el tiempo de llegada a Amsterdam ya que nos confundimos y aparecimos en su aeropuerto, por suerte lo solucionamos en diez minutos.

Volver a Amsterdam (mi segunda vez) me resulta un poco extraño ya que no recuerdo así la ciudad y aún menos su ambiente. Encontramos fácilmente el albergue, que estaba muy próximo a la estación. Sin duda el peor albergue del viaje, escaleras en plan puerto de montaña, u hedor extraño continuamente, no dispone de ascensor, sin taquillas, habitaciones reducidas etc.

Recorrimos las plazas y calles principales de Amsterdam, pero no dimos con el barrio más famoso de la ciudad. Tuvimos que preguntar a un grupo antes de encontrar el famoso “Barrio Rojo” (red light district) y que nos explicara un poco el funcionamiento de la zona. Al entrar en él, automáticamente respiras un ambiente diferente, liberalidad, coffesehops por todos los lados y lo de las prostitutas en los escaparates he de reconocer que me impresionó.

Nos cogimos una tarde de estas tranquilas, ya que íbamos a estar otro día más en esta loca ciudad. Aprovechamos para descansar, dar alguna vuelta y disfrutar un poco en el “Ricks”.