Toc-Toc-Toc… que te aporreen la puerta de tu habitación (un día que teníamos para dormir) violentamente a las 10:00 mientras descansas, no es de plato de buen gusto para nadie, y menos para nosotros (de mal despertar).
Encima nos cambiaron de habitación a una mas grandes eso sí pero con la compañía no demasiado agradable.
Salimos a turistear un poco más dando vueltas por sus calles y comimos las mejores patatas fritas (de Holanda).
Por la tarde vimos una entretenida actuación de street-dance en la plaza central y recorrimos la otra zona de la ciudad que todavía nos faltaba por ver. Nos sobró tiempo para hacer también turismo de tiendas y dar los últimos paseos por el barrio rojo antes y después de cenar. Y a preparar nuevamente la mochila en dirección a la Venecia del Norte.
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